CADIVI: Acto de contricción o borrachera de poder

Fin de mundo. Me he enterado por fuentes fidedignas y que estaban presentes en el momento del suceso, que un funcionario de alto rango de CADIVI confesó públicamente que se compró una camioneta último modelo del tipo TAHOE, con las comisiones que le pagaron los importadores y agentes aduanales.

El hecho ocurrió durante un retiro de convivencia con todo el personal de CADIVI que se efectuó entre el 11 y el 13 de abril del 2008, en la sede de la UTAL (Universidad de los Trabajadores de América Latina) que está ubicada en Los Altos Mirandinos. Allí entre palos y palos, el Gerente de Recepción e Inspección de Aduanas de CADIVI gritó micrófono en mano a los casi trecientos asistentes: ¡¡¡Yo si me compré mi camioneta TAHOE con las comisiones que me dieron los importadores y agentes aduanales, y qué!!!.

Es importante acotar que el funcionario en cuestión llevó su camionetota de 250 millones de Bs. para lucirla en el evento y ante las críticas a sotovoce y corrillos de pasillo, optó por confesar su delito con absoluto caradurismo.

Este tipo de acción se llama en el argot judicial "cohecho" y el acto público realizado por este funcionario se llama confesión.

El cohecho (coloquialmente "coima" o "soborno") es un delito que consiste en que una autoridad o funcionario público acepte o solicite una dádiva a cambio de realizar un acto o de no realizarlo.

El cohecho es simple si el funcionario público acepta una remuneración para cumplir con un acto debido por su función o calificado si recibe una dádiva para obstaculizar el cumplimiento de un acto o no llevarlo a cabo, ya sea dicho acto constitutivo o no de delito.

Por ejemplo, un automovilista puede sobornar a un oficial de la policía para no extenderle un parte por exceso de velocidad, un ciudadano que realiza trámites puede sobornar a un empleado público por un servicio más rápido, una compañía constructora puede sobornar a un funcionario para conceder un contrato, etc.

La persona que ofrece la dádiva o que acepta el pedido de ella comete el delito de cohecho pasivo.

En este delito se considera que el bien tutelado es la administración pública.

En un lenguaje menos técnico se utiliza la palabra soborno con un sentido más amplio ya que además del cohecho abarca la acción de pedir u ofrecer dádivas entre particulares para obtener que el sobornado realice un acto u omisión ilegítimo. Un ejemplo es el del empleado de una empresa privada que acepte la dádiva de un tercero para inclinar en su favor una decisión de su empleador como ser la concreción de un contrato.

Las legislaciones pueden o no considerar esta conducta como delito penal, y si lo hacen el bien protegido sería el derecho de propiedad. Desde el punto de vista laboral la aceptación o exigencia de un soborno constituye una falta laboral grave.

Veamos que hace el Director de CADIVI Manuel Barroso, porque en mi tierra dicen que a confesión de parte, relevo de pruebas.

PD. La camioneta de las fotos no es la del funcionario, pero es una igualitica.

 

2 comentarios:

Alex | Calderas dijo...

eso desde siempre han hecho eso

Leo | Calderas Junkers dijo...

Estamos en un mundo totalmente corrupto